Calefacción


“El secreto de la buena salud, es tener los pies calientes, la cabeza fría y el estomago ligero.”

[¿En qué consiste?]
[¿Cuál es el sistema ideal para calentar agua?]
[Diferencias con otros sistemas]
[El suelo radiante, ¿Produce varices?]
[¿Dónde podemos instalarlo?]

El consumo de energía para calefacción, es el mayor gasto con diferencia, en el mantenimiento de todo edificio, ya sea público o privado.
Con la finalidad de obtener un ahorro energético en este campo se estudian técnicas, que dan lugar a un nuevo sistema de calefacción. El suelo radiante.

   Ya en el siglo XIII antes de Cristo, en Anatolia (Turquía) se usaba un rudimentario sistema de calefacción bajo suelo, que los romanos redescubrieron y desarrollaron. Empleaban unos conductos a través del pavimento por los que circulaban los gases calientes de hogueras preparadas para tal finalidad. Lo llamaron calefacción de Hypocausto.

   En algunos pueblos de Castilla existían las llamadas “glorias” , que eran unas cámaras de aire debajo del pavimento de las habitaciones. Por esta cámara circulaban los gases procedentes de un hogar situado más abajo, calentando de esta forma los suelos. Un sistema rudimentario pero efectivo.
Existen instalaciones realizadas en este siglo, en las cuales se empotraban redes de tubos de hierro en el mortero bajo el suelo, tenían un elevado coste debido al precio de la tubería y a la cantidad de soldaduras y curvas que eran precisas para instalar un serpentín.

   Después de la segunda guerra mundial, se empezó a fabricar el tubo de plástico destinado a la calefacción por suelo, este fue el factor decisivo que puso el suelo radiante al alcance de todos.
   Básicamente consiste en una red de tuberías en forma de serpentín, que transportan agua a baja temperatura, calentada en un caldera. Se colocan en el suelo del recinto a calefactar, se cubren con una capa de mortero, y se coloca encima el solado ( que puede ser de cerámica, mármol, parquet, moqueta, linóleo suelo flotante, suelos industriales, etc.).
suelo radiante

   Esta calefacción requiere una temperatura media del agua que circula por las tuberías, de 30 a 40 grados centígrados, frente a los 80 o 90 grados que necesita una instalación tradicional de radiadores. Esto permite que se empleen fuentes de calor que generan agua a baja temperatura y por lo tanto ahorran energía.

   Funcionan con cualquier fuente de energía convencional, (calderas de gas, gasóleo, carbón o leña, acumuladores eléctricos, etc.).

   Un sistema de alta eficiencia energética es la bomba de calor, ya que la energía que consume en el bombeo, es considerablemente menor a la transportada (aproximadamente de 3 a 1), además puede usarse también para refrigerar, sustituyendo el agua caliente por fría (Aire Acondicionado).

   Pero si además buscamos una fuente de energía respetuosa con el medio ambiente, limpia, no contaminante y con futuro. Sin lugar a dudas optaremos por la “Energía Solar Térmica” como
fuente principal de apoyo a la calefacción.
 

   Tenemos que tener en cuenta los tres tipos de transmisión del calor:

· Por conducción:
   El calor se transmite por contacto físico entre dos objetos sólidos.
· Por convección:
   Se produce cuando un cuerpo calienta el aire que está en contacto con su superficie. Este aire pierde densidad (se hace más ligero), y asciende hacia el techo de la habitación. A su vez, el aire frío (más pesado) desciende, y entra en contacto con el cuerpo caliente. Como consecuencia de este proceso se crea pequeña circulación del aire de la habitación, que transporta el calor y lo distribuye por todas las partes de la misma. Ejemplo. Radiadores.
· Por radiación:
   Consiste en que un cuerpo con una temperatura determinada, emite calor desde su superficie a todos los cuerpos más fríos que tiene a su alrededor. No necesita de ningún medio para el transporte de las ondas térmicas, ya que estas se transmiten incluso en el vacío.
El ejemplo más claro de radiación, lo tenemos en la cantidad de energía que recibe la tierra
constantemente del sol. Principio similar al aplicado en la calefacción por suelo radiante.

    Los estudios realizados sobre las curvas térmicas características de los distintos sistemas de calefacción, consideran como “calefacción ideal”, aquella que aporta la temperatura más elevada a nivel del suelo. Se mantiene estable con unos 20ºC desde unos 10 a 20 cm. sobre el suelo, hasta 2 m. De altura, y desciende en la zona del techo donde no se precisa calefacción.

   Como se puede observar, la curva de calefacción por suelo radiante, es la que más se aproxima a la curva de la calefacción ideal, en bienestar y confort.

   Una ventaja muy importante para la salud, es que no reseca el aire. Al no calentar el aire sino los materiales y objetos, no se pierde la humedad natural del ambiente, evitándose con ello los molestos problemas respiratorios invernales causados por las calefacciones tradicionales.

   Las pérdidas de calor que se originan en el techo, en la aireación de los locales o por la conducción del fluido caloportador a través de las tuberías generales, son muy inferiores a otros sistemas de calefacción, evitando con ello el despilfarro energético.

   Es el único sistema que mantiene una temperatura uniforme, ya que el foco de calor es toda la superficie del suelo, manteniéndose en todo el recinto una temperatura de confort agradable.

   Disminuye la cantidad de polvo en suspensión y de microorganismos en el medio ambiente, evita las manchas negra en las paredes, así como posibles fuentes de alergia.

   Permite un mejor aprovechamiento y diseño del espacio interior, al no tener elementos visibles, y es por esto que se le llama calefacción invisible.

   Su instalación proporciona un mayor aislamiento termoacustico a la vivienda, proporcionándole un valor añadido.

   Una instalación de suelo radiante bien calculada, nunca puede producir alteraciones circulatorias a las personas que la utilicen.

   Según el reglamento de calefacción, la temperatura superficial del suelo, no deberá sobrepasar los 29ºC. En la práctica, una calefacción bien diseñada, funcionará a una media de 24 a 25º en la superficie del suelo, y no sobrepasará los 23º a la altura del tobillo. Temperaturas sensiblemente inferiores a la del cuerpo humano, que en ningún caso pueden resultar perjudiciales para la salud.

   Se da la circunstancia de que en los meses de verano se superan ampliamente los 29º límite en la superficie del suelo, y las personas que sufren estos trastornos circulatorios están acostumbradas, sin saberlo, a soportar temperaturas bastante superiores a las de esta calefacción.

   En viviendas. Resulta interesante por su calidad, durabilidad y ahorro energético.

   Guarderías y colegios: Está especialmente recomendado. ya que los suelos fríos y las corrientes de aire producidas por otros sistemas de calefacción, favorecen enfermedades como los catarros que afectan sobre todo a los bebes en las guarderías.

   Asimismo es recomendable su uso en todos aquellos edificios y locales, que por algún motivo resulte inconveniente que los emisores de calor estén expuestos en las habitaciones.

   Locales y pabellones de altura elevada: En este tipo de locales resulta imprescindible una calefacción por suelo radiante, que calienta principalmente el volumen donde las personas desarrollan su actividad, es decir entre el suelo y dos metros por encima de este.
Otro tipo de calefacción calentará irregularmente los locales, y producirá una perdida importante de calorías con el consiguiente gasto energético y económico.

   Locales de este tipo pueden ser: iglesias, teatros, cines, almacenes, talleres, fábricas, etc..
Piscinas: Esta calefacción resulta muy agradable en todo tipo de local donde sea necesario caminar descalzo, como pueden ser piscinas cubiertas, salas de masaje, rehabilitación, hidroterapia, etc.

Agricultura y ganadería: En invernaderos se instala el tubo sin aislamiento sobre el terreno, y bajo la capa de tierra vegetal, obteniéndose resultados extraordinarios en cuanto a velocidad y calidad de las cosechas. En este caso la fuente de calor más indicada es la “Energía solar”.

   En ganadería, es de muy interesante aplicación en parideras, salas de incubación, y zonas de cría.
Disminuyendo la mortandad, y favoreciendo extraordinariamente el crecimiento de los animales.

Superficies no cubiertas: El suelo radiante es el único sistema de calefacción, capaz de calefactar grandes superficies no cubiertas, la misión de este es mantenerlas libres de hielo y nieve.


polideportivo radiante

   En este caso, es suficiente que la temperatura del agua se encuentre entre diez y quince grados centígrados, para deshelar campos deportivos, pistas de aterrizaje, carreteras, aceras, salidas de Garajes, etc.Garbitek le diseña, presupuesta e instala su sistema de calefacción por suelo radiante. Para otros sistemas de calefacción (folio radiante, emisores de bajo consumo, etc.) no dude en consultarnos.

Nos encontrará en IRUN (Guipúzcoa) – C/ Vega de Eguzkiza, nº 29-Bajo
Telf y Fax: 943.635582